
Album de Rockal y la Cría (Pajarito Zaguri)

Litto Nebbia

Cassete de Pajarito Zaguri
Moris
Moris había nacido en
1942. A los doce años tomo fugazmente clases de guitarra, pero se cansó del solfeo y el
resto lo aprendió mirando como tocaban los músicos de los boliches de la calle 25 de
mayo: "Iba al Bajo y me pasaba dos o tres horas tomando una coca cola viendo a los
tipos que tocaban boleros. Me acercaba y les pedía consejos. Siempre andaba persiguiendo
a los guitarristas. Muchos me enseñaron a tocar, aprendí a tocar bossa nova".
Uno de esos músicos le enseñó muchísimo a Moris, pertenecía al grupo Los Juveniles y
se llamaba Mario Orleac. En el tocadiscos de este músico Moris descubrió el jazz
moderno: Dizzy Gillespie, Miles Davis, Gerry Mulligan. En una disquería de Palermo, un
día, le voló la cabeza una grabación de Elvis Presley. De allí en adelante, solamente
la música fue el camino.
Moris ha definido claramente sus tópicos en el prólogo de "Ahora mismo", un
libro de letras y poemas sueltos editado en 1973: "Las cosas y lugares que he vivido
y sentido, bares, rutas, mendigos, guitarras, amigos, anocheceres, jardines, zoológicos,
recuerdos, dinero, vagabundeos, amores y alegrías".
Hacia 1973, Moris tuvo una
crisis de identidad. Algunos problemas personales (conyugales) y un autobalance sobre lo
hecho en sus primeros 30 años de vida, lo paralizaron un rato. Luego, de pronto sostuvo
que no cantaría más rock y que en el futuro se dedicaría al tango. Caminaba ida y
vuelta por la avenida Corrientes componiendo tangos. Pero cuando ese torbellino de su
mente y su corazón se apaciguó, Moris retomó algunas de sus mejores inspiraciones. Por
un lado el rock de toda la vida, por otro también el tango de toda la vida, ese que uno
vive en buenos Aires aunque no se dé cuenta, y que finalmente titila en las venas con
vibraciones de cafetines y olor a primeros cigarrillos. Los recuerdos de la infancia
("Fueron los días, los días de oro, y el sol miraba sin preguntar") y los
dolores de un hombre a solas con su destino ("Y estoy pensando en salvarme... para
volver a enterrarme.").
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La Barra de Chocolate, la banda de Pajarito
Zaguri.


Los Beatniks

Litto Nebbia, no siempre se encuentra tocando
el piano o grabando discos: aqui lo vemos descansando.
Revista Pelo No. 2 (1970)
Los Mentales:
rock & roll y pomelo
Cualquiera que estuviera intimamenta
ligado con los Gatos, o con Litto Nebbia durante 1968 lo puede haber comprobado: había
un sexto gato, que no era manager, técnico de sonido o plomo. Simplemente era un
amigo, de esos incondicionales que además son admiradores. Se llamaba Daniel y estaba
todo el día con ellos. En el hotel Impala, o en el Parque Patricios cuando Litto tenía
un departamento en esa zona.
Un sábado, unas horas antes de
partir para los shows de fin de semana, Los Gatos estaban reunidos en sus habitaciones del
hotel Impala, en el barrio Norte. De pronto Daniel tomó una guitarra y comenzó a cantar.
Todos se quedaron en silencio, y luego le pidieron que hiciera otro tema y así
sucesivamente. "Realmente Daniel tenía una voz diferente -explicó Litto tiempo
después- su modulación nasal lo hacía especial para cantar blues y en especial los
temas de Cream y conjuntos similares".
Los cinco integrantes se habían
abocado a la tarea de buscarse un nombre. Durante varios dias -cuanta Daniel- entre todos
chequeamos nuestros gustos. La única cosa en común que teníamos era que, casualmente,
todos leíamos ciencia ficción. Buscamo dentro de ese rubro algo que nos gustara. Hasta
que nos dimos cuanta que, sin saberlo todos habíamos leído "Los Mentales"
de Ray Bradbury. Y ese fue nuestro nombre definitivo".
Litto acepta producirlos
Antes de viajar a los Estados
Unidos, Ciro le propone a Litto que se ocupe de la producción de Los Mentales. Litto
acepta. Bajo su dirección grabaron varias cintas para presentarlas en distintas
grabadoras. Algunos de los temas incluídos en las grabaciones de prueba pertenecían a
Litto. Siguieron ensayando y definiendo la línea del conjunto. Hasta que el viernes seis
de junio debutaron en el Teatro Acassusso, de San Isidro, previamente a la actuación de
Litto Nebbia, que hacía su segunda presentación como solista.
Los Mentales ya habían grabado por
su cuenta el tema "Cuando un hombre sólo ama a una mujer" perteneciente a Litto
Nebbia y que él mismo había producido en los estudios TNT. Pero a RCA nunca le había
convencido ese tema para el lanzamiento del conjunto.
En noviembre Los Mentales creen
estar lo suficientemente maduros como para dar un recital solos. Es decir sin integrar las
programaciones de otros grupos más conocidos. La espectación que habían creado las
revistas, elogiando las dotes del grupo, y el antecedente de la producción de Litto
Nebbia, hizo que el cine Arte, escenario del recital, se viera colmado desde una hora
antes del horario estipulado. Todo parecía indicar que de ese concierto Los Mentales
surgirían fortalecidos y lo suficientemente avalados como para integrarse a la lista de
los conjuntos de primera línea. Sin embargo, el conjunto fracasó estrepitosamente. Algo
de culpa tuvieron los constantes desperfectos de los equipos, pero la falla principal
estabaen el grupo: no había ensamble, los temas elegidos no tenían fuerza y los pocos
temas propios dejaron mucho que desear.
Daniel Irigoyen desapareció de
Buenos Aires una semana. Al resto de los integrantes del conjunto tampoco se los podía
ubicar. El golpe había sido duro: en la primera oportunidad que tenían para demostrar
cuáñes eran sus valores, fracasaban.
De todas maneras siguieron
trabajando. Tratando de encontara una línea que los ubicara. "Nosotros no sabíamos
bien lo que queríamos -recuerda Daniel- hacíamos blues, jazz, folk: lo que viniera. Pero
eso no podía ser".
A mediados de diciembre, mientras
actuaban en el boliche "Leche Fresca" de Mar del Plata, se dieron cuenta que lo
que ellos realmente amaban era el rock and roll. Semanas antes se habían entusiasmado con
dos LP de Led Zeppelin, el conjunto que ellos reconocen como su mayor influencia ctual.
"todos nos morimos por ese grupo -explica Rubén- porque nosotros al igual que ellos,
queremos hacer musica fuerte, casi con violencia. La bossa nova y los temitas semi dulces
de antes no son para nosotros. Ahora vamos a matar con esta nueva línea".
En la última semana de enero RCA editó el
simple de Los Mentales con el conocido "Cuando un hombre sólo ama a una mujer"
y como composición fuerte y vendedora "Hombre de traje azul", un tema en el
típico estilo promocional que dura menos de dos minutos. A pesar de los cambios que ya
han logrado, Los Mentales demuestran en este disco algo de su buena música, de la
talentosa voz de Daniel y del ajuste en el beat entre la batería de Juan
(Rodríguez, mas tarde baterista de
Sui Generis)
y el bajo de Fermín.
Quienes escucharon el nuevo sonido
de Los Mentales en los cines Ocean, Rex y Neptuno de Mar del Plata y en los exitosos
bailes de carnaval de Gimnasia y Esgrima, predicen que se convertirán en el mejor
conjunto de hard rock de la Argentina.
Como queriendo borrar todo lo
pasado, los cinco mentales estrenarán en las próximas semanas sus nuevos equipos,
fabricados por "Pomelo", una nueva firma que sale a competir en el mercado
nacional.
En estos días los cinco están
encerrados en una casa de Vicente López ordenando los nuevos temas, todos en la línea
del rock and roll. Justamente un año después de su aparición Los Mentales parecen haber
encontrado, por fin, su línea. Era lógico:un conjunto no se puede formar a la fuerza ni
de un día para otro, Quizás en poco tiempo más el grupo vuelva a dar un recital en
Buenos Aires, preo esta vez las posibilidades de un fracaso serán realmente remotas.
Miguel Abuelo
arranca hablando -precisamente- de su abuelo
Mi abuelo era administrador de un campo en Junín (Pcia. de Bs. As.).
Tenía vacas, ovejas, caballos, gallinas, patos, perros, pulgas, etc. Después de
administrar el campo y la gente que trabajaba allí, al atardecer, se sentaba debajo de la
parra y tocaba la guitarrita. Parece ser que su padre también tocaba la guitarrita,
debajo de otra parra.
Varias generaciones cantando bajo las parras. Así nací yo.
Mi hermana era amiga de gente de teatro, de poetas y
escritores. Yo veía que la poesía era una cosa bastante "simpática". Todos
ellos leían libros y se inspiraban. Mirándolos a ellos se me despertó ese espíritu
libertario, esa naturalidad que da el derecho al pensamiento. Mi primer
poema hablaba de Caín y Abel. Yo no sabía quiénes eran, sólo que uno había matado al
otro. Entonces el poema terminaba: "Somos todos argentinos, no somos Caín ni
Abel!".
Andaba por la Facultad de Filosofía y Letras, porque había
muy lindas chicas. Me hice novio de una filósofa. Eran todos "profesores", y yo
era un animal. Formé un trío con una gente de Liniers, que se llamaba "Los
Aquí". Cantábamos zambas, chacareras, cuecas, vidalas. Yo hacía las voces más
altas y punzantes. En realidad, yo estaba medio como "de paso" en ese ambiente,
porque tenía mi mundo aparte, mi bicicleta, mi caballo, mi barrio y mis amigos. Yo venía
de Munro, y cuando era chico repartía leche con el carro tirado por caballos.
Pero a la larga yo me rayé completamente con ese ambiente
tan literario, y me encerré en una
pensión de Carlos Pellegrini y el bajo: la famosa pensión Norte. Me refugié en
ese cubil con la idea un poco ingenua de escribir la Historia Universal de la
Realidad.
Yo estaba muy preocupado porque la Historia Universal no me
salía, y
compraba botellas de vino para empujar un poco la inspiración.
Cuando me hartaba de la falta de inspiración cantaba vidalas
y bagualas, golpeando una caja chayera o una olla que robaba de la cocina de la pensión.
De La Cueva íbamos a la Perla, y a veces recalábamos en un
hotel, el Dixon, por ahí, por Peña y Austria. Hablábamos de música, de filosofía,
éramos todos poetas. Ahí dejé de pensar en escribir la Historia Universal de la
Realidad, y decidí empezar a vivirla.
Paralelamente yo trabajaba en teatro. Hice una pieza de
Shakespeare y "Las ridículas preciosas" de Moliere. Compartía el escenario con
Tincho Zabala, Iris Marga, Lalo Hartrich, Tania. Antes, a los dieciséis, diecisiete,
había hecho teatro para niños y ganado dos veces consecutivas el primer Premio del
Festival de Necochea. Así que ya tenía un entrenamiento de mimo, teatro, danza, cuando
llegó el momento de hacer "Hair". "Hair". fue una experiencia
impresionante,
porque se juntó un grupo tremendo de talentos: el negro Rada, Horacio Fontova,
Susy Debert, el negro Jimmy Santos, mucha gente. Yo ya estaba cansado de la lucha musical
en Buenos Aires. Habíamos hecho una experiencia fantástica que duró un día: "El
Huevo", con Pomo y Cutaia. Justo en ese momento se disolvió Almendra, y El Huevo y
Almendra se
fusionaron para grabar. Entramos en T.N.T., y grabamos tres temas juntos: Yo era
la primera voz, Edelmiro primera viola, Pomo batería, Cutaia teclados y Spinetta en bajo.
Después de todas esas pruebas pasajeras me largué para Europa.
Llegué con un bolsito, a la aventura. En París me encontré
con un músico electrónico argentino, que se llama Edgardo Canton, y me presentó a Moshe
Naim, el capo de la mayor grabadora francesa. Moshe Naim me alquiló una casa antigua, que
parecía un palacio, que compartí con el talentosísimo actor argentino Ricardo Mosner y
nuestras mujeres e hijos.
A partir de allí, con el apoyo de la grabadora, que además
puso todos los equipos, formé la banda para grabar. La base del grupo fue Carlos Begris,
un chileno que tocaba el cello. Después aparecieron Pinfo Garriga y Daniel Sbarra, ex
integrantes del grupo Dulce de Membrillo, de La Plata. Grabamos un long play, "Miguel
Abuelo y Grupo Nada". Anduvo muy bien, increíblemente bien para algo cantado en
castellano en Francia. Hicimos una gira por la costa atlántica y la costa mediterránea.
íbamos con camiones tremendos, con generadores eléctricos y todo. Tuvimos muy buenas
críticas sobre el show. Pero el grupo tenía diferencias internas, Daniel quería hacer
una línea Deep Purple y no nos poníamos de acuerdo. En el disco se nota que la guitarra
toca en un estilo diferente que el de las canciones. Así que a la larga nos disolvimos.
Me volví para Ibiza, donde me junté con Miguel Cantilo y
Kubero Diaz. Nos llamábamos "Los Abuelos de la Nada", y salimos segundos en el
Festival de Ibiza y Formentera. Morci Requena tocaba el bajo, Aldo Ferrari voz y guitarra
acústica, Miguel Cantilo voz, Kubero primera guitarra, y yo percusión y voz. Era un
grupo básicamente vocal. Hacíamos cosas maravillosas.
Finalmente llegó el momento de volver a la Argentina a
utilizar toda la experiencia adquirida. Ahora estoy viendo el panorama musical de aquí, y
pienso que mucha gente se bajó los pantalones. En vez de seguir siendo,
en vez de seguir obedeciendo lo que les ordenó un impulso vital desde su infancia, están
volcados a las modas, son como avestruces dentro del agujero del jazz rock o de la poesía
gauchesca, el reggae, la new wave, y casas por el estilo. |
Las Tapas de Los Gatos... inumerables recopilaciones




Album, Rock de la mujer perdida. Se iba a
llamar "...de la mujer podrida" pero convengamos que sonaba algo fuerte. La mina
de la foto era una amiga que trabajaba en una Galería de la calle Santa Fe, aunque muchos
decían que se trataba de Ciro Fogliatta vistiendo ropas femeninas.
mas Miguel Abuelo...y los
nuevos, jóvenes, triunfadores, Abuelos de la Nada.
Los Gatos / La Balsa
Horacio Martínez: Una noche
entraron tres personajes que, por sus vestimentas, parecían bajados de Londres. Eran
Litto Nebbia, Ciro Fogliatta y Jorge López (Actemio). Y no lo podíamos creer, fue como
si hubieran llegado, no se, los Rollings Stones.
Litto Nebbia: Una vez Tango
en una mesa emperzó a mostrarme una canción que se le había ocurrido. Y lo único que
tocó fue el comienzo. Cantó: "estoy muy solo y triste aqui en este mundo
abandonado". Entonces fuimos juntos al baño y le hice todo el resto de la música y
el resto de la letra. Cuando iba a grabar la canción logicamente le puse que era de
Nebbia y Tango, con el seudónimo que quiso: Ramses. Si es necesario que haya testigos de
esto, Javier es uno de ellos.
Rocky Rodriguez: Yo tengo mi
modesta versión. Lo que ví fue a Tango en el pasillo del baño de La Perla cantando
"estoy muy solo y triste en este mundo de mierda", lo repetía una y otra vez.
Según tengo entendido, Litto le preguntó si podía completar la letra. Litto dice que le
preguntó, yo no sé.
Javier Martínez: basta de
dudas. Es así. La Balsa es de Tango y de Litto. La hicieron los dos, Gardel y Lepera,
Lennon y Mc Cartney. Yo fui testigo presencial. Al tema lo escribieron delante mío. En
esos días Tango me había mostrado la primera parte, y yo estaba la noche en que cayó
Litto y le dijo "che, tengo el puente del tema" Y ahí cantó nomás "tengo
que conseguir mucha madera". Yo fui testigo presencial de cuando juntaron las dos
partes de La balsa.
Pirimpimpin: Hay un fantasma
con eso de La balsa. El asunto es que el tema pegó y pegó big time. Y la idea es que se
lo afanaron, porque Tango tenía un tesoro underground y se lo hicieron un himno
comercial. Para mí es de Tanguito solamente. Porque el otro tipo le cambió cuatro o
cinco palabras nada más. Escuchá el disco, ahí está la voz de Javier diciendo "lo
compusiste vos"
Javier Martínez: Esa
leyenda negra que dice que litto le robó La Balsa a Tango es absurda y mentirosa. Y es
mas: está super bien delimitada la composición, las estrofas en letra y música son
claramente de Tanguito. Lo que escribió Litto Nebbia es el puente "Tengo que
conseguir mucha madera". Allí empieza la composición de Litto y se nota.
Moris: El puente de La balsa
es claramente de Litto. Tango no sabía hacer eso, no dominaba la bossa nova. Y el final
es uno de esos típicos finales de Nebbia: "a naufragar, a naufragar"
Pajarito Zaguri: Tango no la
cantaba siempre igual. Algunas veces se la escuché pornográfica "tengo la idea yo
de irme a la concha de mi hermana". Despues la cambiaba y de cía "No. A la
concha de mi abuela. No. A la concha de mi tía" Se quedaba trabado alli y después
se reía: "jijiji".
Pajarito Zaguri: En esos
días yo había caído en cana por robo de automotor. Estaba en Caseros, sopre, y
escuchaba por la radio La balsa. Decía "La puta madre, que impresionante".
Cuando salí Los Gatos eran súper famosos.
Litto Nebbia: Ese momento
fue la oportunidad para que muchos músicos pudieran meterse a traves del éxito que
habíamos conseguido. Y Tango tendría que haber grabado su disco y empezado a hacer sus
canciones como todo el mundo. Pero no, no logró encajar en ningún lado. Se juntaba con
gente que decía que lo amaba y que lo adulaba todo el tiempo pero en realidad no lo
ayudaba para nada. Un fenomeno que muchas veces ocurre, y si el artista se gana la
posibilidad de hacerse conocer masivamente, ese grupito de treinta personas le da la
espalda y le dice idioteces como que ahora es un comercial y ese tipo de cosas.
Juana Iglesias: Ay los
amigos, una vez mi hijo me comentó que los amigos se pusieron medio indiferentes con él
cuando fue el éxito de La Balsa. Vino bastante dolorido porque ellos no eran los de
antes.
Moro: Después de grabar La
balsa nos invitaron a un programa de TV. Y nosotros no teníamos ni para comer. Cuando
entramos al canal yo aproveché para taparme con el bombo un agujero que tenía en el
pantalón. El programa salía en la semana y por supuesto, no teníamos TV para
verlo.Entonces esa tarde salimos a caminar por Rivadavia y mirábvamos en las vidrieras de
los negocios, donde vendían televisores a ver quien tenía prendido uno. Llovía, me
acuerdo. Entonces encontramos uno pero estaba prendido en Canal 13. Entramos y encaramos
al vendedor: "Señor, podría poner Canal 7? dentro de un rato vamos a cantar
nosotros y no tenemos televisor donde mirarnos. Así que salimos y vimos el programa desde
la calle, empapados porque llovía.
Litto Nebbia: El simple de
La balsa empezó a vender. Cuando llegamos a los 5000 parecía una locura. Despues fueron
6 mil y mas y mas hasta llegar a los 250 mil. Fue un verdadero exito. El primero. Al
principio nos habían llamado mersas porque cantábamos en castellano, pero después de
ese disquito nadie volvió a grabr en inglés, ni en francés ni en italiano en la
Argentina.
Litto Nebbia: Mañana es uno
de los mejores temas de Los Gatos. Creo que es uno que podría escribir y tocar hoy. Si
bien nada de lo que grabamos me hizo sentir alguna vez una cosa como de "Uy, qué
ridículo", creo que mañana y otros temas de nuestro tercer disco es lo mas maduro
que hicimos en ese momento.
Litto Nebbia: Entonces todos
los jóvenes que tenían otras ideas, otras ambiciones, que no querían escuchar más esos
artistas acartonados que siempre dicen la misma frase en sus canciones, y que le dicen al
público que los quieren mucho y les mandan un beso, sino que querían escuchar otra cosa,
encontraban otro tipo de protagonistas en Los Gatos y en otros músicos como nosotros.
Encontraban tipos que estaban arriba del escenario tocando y cantando, y que eran los
mismos tipos que tambien estaban abajo con ellos, que venían de ahí y que en las letras,
al margen de la calidad poética que pudieran tener, contaban las cosas que les pasaban. |