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VINOS Instaurando el terroir Una radiografía de un proceso que se reproduce en todos los ámbitos de la cultura en la era de la globalización: la pérdida de las singularidades ante el avance avasallante de los monopolios. En este caso el blanco es el vino. Durante cinco años, un sommelier devenido
director de cine recorrió buena parte de los viñedos del mundo -de Italia a California y
de Francia a la Argentina- investigando el fenómeno silencioso debajo del boom del vino
que el mundo experimentó en la última década: la homogeneización del paladar. Diccionario Terroir: Del francés, terruño.
Espíritu de la tierra trasladado al vino. Mondovino: La Película De Brasil a Nueva York, de Italia a California, de Burdeos a Australia, de Florencia a Alemania, y llegando incluso a Calafate, Salta; el film por momentos parece una épica detectivesca, casi un thriller que salta de copa en copa para seguir los rastros de un inefable crimen. ¿Cuál? La desaparición del terroir, esa palabra francesa casi intraducible que adjudica el espíritu del vino a la tierra donde es cultivado. Un conflicto que se reproduce a escala mundial (y con paralelos infinitos): la lucha entre un avasallante poder monopólico (autopromocionado como democratizante) que busca ajustar toda producción al gusto internacional (sospechosamente coincidente con el norteamericano) frente a los sabores (y saberes) singulares y particulares del trabajo artesanal. Michael Rolland El más brillante consultor de vinos que recorre viñedos del mundo recitando un único y misterioso mandamiento: hay que microoxigenar, microoxigenar. Dueño de un histrionismo casi agotador y una carcajada infinita y hasta maníaca, Rolland hipnotiza a todos con sus dotes de doctor y terapeuta (de vinos). Sea productor, crítico, japonés o Gérard Depardieu. E imparte, desde su auto conducido por chofer, las pócimas secretas del vino de calidad. Robert Parker La indiscutida voz de la crítica internacional de vinos, que con un resoplido de su millonaria nariz puede hundir o salvar cualquier bodega del mundo. Abogado renunciante después del Watergate, Parker vive en una mansión de Maryland (Estados Unidos), cuidando su nariz y su paladar asegurados por un millón de dólares y protegido por un simpático par de perros a los que adora: un sabueso de un olfato hiperdesarrollado y un bulldog flatulento. Sus funciones Haciendo cada uno su trabajo con intachable honradez, la tarea sumada puede lograr por ejemplo que una botella producida en una bodega cualquiera se dispare de 35 a 110 euros. Sólo hace falta contar con el asesoramiento adecuado (materia en la que, causalmente, Rolland es el pope) y la máxima puntuación de la revista Wine Spectator (para la que, casualmente, escribe Parker). Rolland es tal vez la persona más importante del presente y del futuro del vino argentino. Está trabajando con quince bodegueros diferentes. No sólo con los Etchart (que aparecen al final de la película); el proyecto con ellos es pequeño. El es asesor y partner de muchas bodegas en Mendoza muy poderosas. Con Parker están cambiando totalmente el vino argentino. Y si nadie reacciona, el vino argentino en pocos años no tendrá nada de argentino. Perderá toda su identidad. Será igual que los vinos de Napa, deSudáfrica del Sur, de Australia, de todo el mundo. Creo que es una lástima, que no haya una reacción, una resistencia contra esta homogeneización. El mundo gourmet En su libro Meditaciones sobre el gusto. Vino, alimentación y cultura (Paidós), el sociólogo e investigador argentino Matías Bruera asegura que no hay dietas ni dietéticas inocentes y que la difusión del mito gourmet es la negación del problema del hambre. "Durante bastante tiempo escribí en revistas gourmet como forma de supervivencia a la docencia universitaria. Pero un día salí a sacar la basura y alguien vino corriendo a buscarla. En Argentina los paladares se refinaron justo en el momento en el que la sociedad se partía en dos." "Mondovino que también tiene un costado cínico: los perros de los dueños de los viñedos comen quesos franceses y trabajadores a los que se les reprocha que malgasten las uvas." La película muestra algo curioso: cómo los norteamericanos siempre se las arreglan para presentar la standarización del gusto como "democracia". "Salvo Sarmiento nadie pensó a futuro en Argentina. El trajo el Malbec y dijo había que preocuparse por el vino. Que Estados Unidos iba a competir, pero que nosotros también podíamos. Es curioso, el escritor argentino más importante se llama Sar-miento: vástago de la vid". |
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Dos Potencias Se Saludan
on-line desde el 29 de Agosto de
1999
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